Personalización, personalización y personalización.
Todos los gurús de la formación no dejan de repetir esta palabra. Vale, perfecto. ¿Pero cómo se logra? ¿Cómo se puede crear un programa personalizado que se adecúe lo máximo posible a las necesidades reales de los alumnos? ¿Cómo cumplir sus expectativas en cuanto al contenido y la finalidad de su aprendizaje?
He aquí una pista: el conocimiento. Si conoce las expectativas de sus alumnos, podrá satisfacerlas mucho mejor.
¿No sabe por dónde empezar? ¿Qué preguntas debe formular? ¡No se preocupe! Este es nuestro plan para ayudarle a entender mejor a su público.
Evaluación previa
Uno de los momentos clave para encuestar a los alumnos se sitúa en la etapa previa, antes de la formación propiamente dicha o, incluso, antes de su diseño. De esta forma, obtendrá información que le servirá de guía para su enfoque, sus objetivos y sus destinatarios.
Las respuestas deben recopilarse de una sesión a otra. Cuanta más información recopile sobre todos sus alumnos, más adecuados serán el formato y el contenido. No dude en automatizar estos cuestionarios antes de las sesiones (en un correo electrónico automático, por ejemplo) para obtener la mayor cantidad posible de datos cualificados.
Pregunte a sus alumnos por su interés en la tecnología
Sus preguntas… Le servirán de guía para…
¿Los alumnos dominan las herramientas digitales? Diseñar su entorno docente y averiguar si puede añadir tecnologías avanzadas (realidad virtual, etc.).
¿Disponen de teléfono inteligente? ¿Lo emplearán durante la formación virtual? Adaptar el diseño en función de la pantalla.
¿Tienen acceso a una conexión por fibra o 4G/5G? Saber si puede recurrir a recursos multimedia que utilizan más o menos ancho de banda (texto vs. vídeo).
¿Pueden ver vídeos con sonido? Añadir subtítulos a los vídeos o no.
¿Tienen alguna red preferida? Si abandona su plataforma, ya sabe qué redes favorecer o evitar, sobre todo en el caso de una estrategia de aprendizaje social o social learning.
Pregunte sobre su relación con la formación
Sus preguntas… Le servirán de guía para…
¿En qué fecha cursaron su última formación? Adaptar su presentación y especificar las modalidades según sea necesario.
¿Cursan regularmente este tipo de formaciones? Diferenciar entre los que están acostumbrados al formato y los que necesitan engancharse al proyecto.
¿Son capaces de autoevaluarse? Incluir autoevaluaciones con mayor o menor frecuencia en el programa de formación virtual.
¿Son más bien independientes o confían en el grupo? Impartir la formación en función de los perfiles obtenidos.
¿Aprenderán de manera individual o en grupo? Desarrollar o no actividades que fomenten la interacción con los compañeros y centrar los casos prácticos en cuestiones que afectan a todo el grupo o en supuestos más generales.
¿Han tenido alguna experiencia de aprendizaje virtual negativa? Conocer las opiniones negativas y eliminar las reticencias.
¿Disponen de tiempo para dedicar a la formación? Saber si se dirige a alumnos motivados que aprenderán activamente y valorar la duración de cada módulo.
Pregunte sobre sus intereses
Sus preguntas… Le servirán de guía para…
¿Qué nivel de conocimiento poseen antes de la formación? Conocer el carácter homogéneo/heterogéneo del grupo y saber qué lagunas hay que cubrir.
¿Cómo tienen pensado usar los nuevos aprendizajes? No perder de vista sus objetivos para crear contenido que los ayude realmente a triunfar. Construir talleres teóricos y juegos de roles coherentes con su aplicación.
¿Durante cuánto tiempo? Obtener una orientación para elegir un aprendizaje virtual a más o menos corto plazo, así como más o menos concreto.
¿Qué retornos de información necesitan y por qué medios? Adaptar los medios a los perfiles para elegir el mejor soporte y añadir valor a su formación.
¿A qué obstáculos se enfrentan? Enumerar las razones por las que no se inicia o se termina un aprendizaje virtual y elaborar respuestas ad hoc como, por ejemplo, un horario flexible o un programa interactivo.
Identificación de los modos de pensamiento
¿Le gustaría ir un paso más allá? Combine estas preguntas fundamentales con una lista de perfiles. Al principio y en el transcurso de la sesión, logrará clasificar a sus alumnos según su forma de aprender para ofrecerles contenidos y formatos que realmente se adapten a su manera de asimilar la información. Hemos adoptado el método HBDI, también conocido como la dominancia cerebral de Herrmann, ya que es específico en la lectura del comportamiento y fácilmente aplicable en consonancia. Valorado positivamente en el campo de los recursos humanos y utilizado durante muchos años, este enfoque aborda nuestras motivaciones y nuestras reacciones en situaciones de estrés.
Modo de pensamiento analítico
El/la alumno/a tiene un perfil muy objetivo, utiliza la lógica y la crítica, y reacciona a los aspectos cuantitativos.
Su comportamiento: se trata de personas precisas y meticulosas tanto en su comprensión como en su restitución. Este perfil recopila hechos y cifras, además de analizar y resolver los problemas de forma lógica.
Modo de pensamiento secuencial
Muy parecido al anterior, los alumnos de este tipo son muy estructurados. Les gustan los detalles y la planificación, de ahí que sean bastante prudentes.
Su comportamiento: al contar con una lectura práctica de los acontecimientos, piensan en términos de planificación e identifican las deficiencias. Su gran ventaja es que llegan al fondo de los asuntos.
Modo de pensamiento interpersonal
Aquí predomina el perfil emocional. Son personas sensibles y cinestésicas que reaccionan ante las emociones y los aspectos espirituales.
Su comportamiento: la lectura de los demás les permite entenderlos bien y anticiparse a sus reacciones. Perciben las comunicaciones no verbales y generan cohesión en el grupo. Comparten y aconsejan mucho.
Modo de pensamiento imaginativo
Estos alumnos experimentan las vivencias de forma intuitiva, holística y conceptual. Perciben al grupo mejor que al individuo.
Su comportamiento: estas personas asimilan fácilmente las ideas, inventan nuevas soluciones, incorporan varios parámetros a la vez y soportan la ambigüedad. Perciben el movimiento en el grupo y tienen una visión muy global de los temas.
En lugar de los perfiles psicológicos, o como complemento de estos, puede crear una tabla de perfiles tecnológicos. Concéntrese sobre todo en la relación de los alumnos con la herramienta a través de la que cursan la formación virtual: ¿Se muestran estáticos y algo perdidos? ¿Hacen clic en todas partes? ¿Necesitan botones claros o usan el dispositivo de forma bastante intuitiva? De este modo, sabrá qué diseño y prestaciones desplegar para ofrecerles la mejor experiencia posible.