¿Le gustaría incorporar el gamestorming a sus sesiones de formación? ¡Muy buena idea! Sin embargo, antes de ponerse manos a la obra, descubra e interiorice estas diez claves para una buena conducción del juego. Si consigue dominarlas, podrá desarrollar sesiones creativas, innovadoras y originales.
1. Máxima atención a la apertura y la conclusión
La apertura y la conclusión son las claves del éxito de una sesión de gamestorming. La apertura, por ejemplo, estimula la reflexión y la imaginación del grupo. Su cometido como formador/a será crear un ambiente amable para favorecer la empatía, derribar barreras mentales que condicionan la creación y explorar todo el abanico de posibilidades a su alcance.
Por su parte, la conclusión permite pasar de la reflexión a la acción y, de este modo, invitar a los participantes a tomar decisiones. Es preciso orientar las conversaciones hacia la selección de soluciones y la puesta en práctica de las ideas.
Durante la preparación de la sesión, es preciso evitar dos errores:
- Mezclar la apertura y la conclusión. Separe los tiempos de creatividad y reflexión crítica. La imaginación vuela libre cuando no existen restricciones ni juicios de valor. Por el contrario, el sentido crítico es más agudo y capaz de desarrollarse durante una sesión de reflexión.
- No concluir cada etapa. Cuando existen etapas bien definidas, la energía del grupo solo se mantendrá si los participantes sienten que avanzan de una a otra. Sin conclusión, los debates se eternizan, las ideas se entremezclan y su materialización corre el riesgo de no ver nunca la luz. Por tanto, recuerde subrayar el fin de cada etapa para guiar al grupo.
2. Estimulación de la imaginación
Para estimular la imaginación de los alumnos, no hay nada más efectivo que formular preguntas. Para eso, use enunciados que le permitan tomar el pulso del grupo, plantear ideas, examinar las causas de un problema, enriquecer una conversación o modificar la postura del grupo.
Otra técnica: los silencios. Diga «Quiero…», «Me gustaría…», «Espero que…» y deje que los alumnos completen la frase. Esta estrategia es particularmente efectiva en la simulación de situaciones.
Aquí va un ejemplo. Imagínese que acompaña a un grupo en sus reflexiones en torno a la relación con el cliente. En el transcurso de un ejercicio, adopta durante unos minutos el rol de comprador/a frente a un/a alumno/a que actúa como vendedor/a. A su vez, el resto de los participantes enriquecen la conversación con sus propias propuestas y experiencias. En lugar de plantear preguntas sobre las necesidades del cliente, les dice «yo, como cliente, quiero…», «yo, como cliente, necesito…», «yo, como cliente, no quiero…» y deja que los alumnos completen sus silencios. De este modo, obtendrá respuestas diferentes y espontáneas que le ayudarán a poner en el foco determinadas situaciones o identificar problemas potenciales.
3. Uso de artefactos
A modo de recordatorio, los artefactos son materiales que permiten plasmar ideas (pósits, accesorios, etc.). En un intercambio fructífero, las propuestas orales deben registrarse para evitar que caigan en el olvido. Proponga o use artefactos en los que se anotarán todas estas ideas. De este modo, una vez finalizada la fase de apertura, podrá organizar y clasificar en equipo estas ideas para avanzar a la etapa siguiente.
4. Creación de átomos
¿Cómo usar los artefactos para pasar del acompañamiento (pósit aislado) al átomo (elemento de un todo)? Gracias a una técnica muy simple: la distribución de un montoncito de pósits a cada participante. Formule una pregunta y pida a los alumnos que respondan individualmente en silencio. Aquí no hay listas… cada idea debe anotarse en su propio pósit específico. El ejercicio finaliza cuando todo el mundo expresa su idea pegando un átomo en el encerado.
De este modo, obtendrá respuestas diferentes, no influenciadas por el grupo y organizables en cuadros, círculos, jerárquicamente, etc.
5. Construcción de un universo de referencia
Una vez creados los átomos, estos deben organizarse siguiendo un orden específico que facilite la comprensión y la clasificación. Al crear un universo de referencia (cuadros, casillas, columnas, etc.), ayudará a guiar el proceso para pasar de un conjunto desordenado a otro totalmente estructurado.
Retomemos el ejercicio precedente. Una vez que todos los pósits se hayan pegado en el encerado, divídalo en varias partes y proponga al equipo que agrupe las ideas por afinidades. De este modo, se despejarán caminos y se eliminarán duplicidades.
Estos tres elementos (artefacto, átomo, universo) se emplean siguiendo una lógica específica. Los participantes anotan sus ideas en los artefactos. Cuando se alcanza una cantidad de artefactos numerosa, se convierten en átomos. A continuación, estos átomos se sitúan en un universo de referencia.
6. Diseño de bocetos
La etapa siguiente consiste en dar vida a estas ideas transformándolas en esquemas. Al pasar del texto a la imagen, se consigue dar forma a los conceptos. Artistas, diseñadores webs, arquitectos… muchos profesionales realizan bocetos antes de pintar, diseñar o plasmar la idea final. Un boceto le permitirá avanzar en su proceso de viabilidad con un esfuerzo mínimo.
7. Espacio para el cambio de enfoque
A lo largo del proceso, se percatará de que el cerebro humano sigue siempre un esquema rector: una secuencia lógica, un orden cronológico, una distribución temática, etc. Aproveche las acciones de reencuadre para dar un nuevo enfoque a las ideas. Esto es especialmente útil cuando el grupo se siente bloqueado. Por ejemplo, el simple hecho de volver a mezclar los átomos le permitirá obtener una nueva perspectiva y encontrar soluciones insospechadas.
8. Rienda suelta a la improvisación
No dude en recurrir a la improvisación a través de los juegos de roles, la simulación de situaciones o el prototipado. De hecho, esta técnica favorece el surgimiento de nuevas ideas.
9. Cribado
Si el número de ideas para tratar resulta inasumible, realice una revisión de prioridades. Para eso, puede eliminar ideas por votación o jerarquizar los átomos. La votación puede realizarse a mano alzada, mediante una clasificación (cada participante elige sus tres ideas preferidas) o siguiendo un principio monetario (¿por qué idea pagarían más dinero los participantes?, ¿y menos?).
10. Evolución continua
Los descubrimientos únicamente se producirán si explora su propio enfoque de juego. Pruebe nuevas escenificaciones, apóyese en su entorno e intente variar las formas de jugar. Si aplica continuamente el mismo esquema, llegará un día en que se encontrará atrapado/a en un modelo que ya no le resultará útil o adecuado para sus sesiones.
El gamestorming se compone de una gran variedad de modelos de juego. Sin embargo, si no interioriza estas diez claves, sus sesiones podrían pagar los platos rotos. No dude en probarlas, adaptarlas y cuestionarlas para tener entre manos las claves del éxito.