El pasado miércoles 24 de septiembre, Fundae organizó un encuentro con expertos en formación de los mencionados países nórdicos, que explicaron los modelos de trabajo en formación continua en sus respectivos países.
La jornada Formación en el Trabajo en Dinamarca, Suecia y Finlandia ha sido un encuentro enmarcado en las relaciones europeas que se desarrollan dentro de Fundae, donde el diálogo entre países es clave para el desarrollo de los diferentes mercados de formación continua. Es en este contexto en el que Antonio de Luis, Director Gerente de Fundae, inauguró la sesión, señalando que España es un país que siempre ha evolucionado de la mano de Europa. Parte del éxito ha sido el diálogo social, que ha supuesto un gran avance para los ciudadanos”, señalaba el director.
Tras la apertura del acto, tomó la palabra la representante de Suecia, Emilie Hägerström, Analista de la Agencia Sueca de Empleadores Gubernamentales. Hägerström enmarcó el modelo sueco en la base de la forma en la que se organiza su mercado de trabajo, en donde las responsabilidades caen en sindicatos y patronal; el gobierno sueco apenas tiene peso.
En 2022 se produjo una renovación del acuerdo entre patronal y sindicatos. El Gobierno establece algunos marcos laborales, pero la mayoría quedan en manos de estos aliados sociales.
La ponente, insistió en la descentralización del sistema de formación sueco: el Gobierno financia ciertas iniciativas, el desarrollo de éstas debe ser accesible y resiliente, sobre todo cuando nos enfrentamos a desafíos en el mercado laboral”, afirmaba Hägerström.
Por ejemplo, Suecia ha lanzado una iniciativa llamada Student Finance for transition and retraining. Esta se derarrolla en un sistema con tres fases, donde el objetivo es permitir a los empleados que estudien carreras a medio plazo para mejorar la empleabilidad a largo plazo. Cuando una persona lo solicita, pueden obtener hasta un 80% de su salario actual para poder estudiar. Evidentemente, los criterios a cumplir para solicitar este apoyo son evaluables por las agencias, pero se puede decir que el sistema ha tenido una parte importante de financiación por parte del departamento sueco administrativo de estudiantes.
Por último, este país, en el desarrollo de habilidades, ofrece fondos específicos financiados por el Gobierno, por lo que necesitan encontrar la forma de integrar la formación. No hay una escalera de trabajo, con tramos o franjas salariales, por lo que la libre competencia puede dificultar los procesos.
Pasamos a continuación a la ponencia de Kyösti Väkeväinen, Managing Director del Instituto Finlandés de Gestión Pública – HAUS. En este caso, este instituto forma parte del Gobierno Finlandés, donde apoyan el desarrollo del sector público, ofrecen formación basada en competencias y procuran servicios para proveedores. Operan como una empresa dentro del Gobierno, lo que les hace diferentes al resto de países del entorno.
En este instituto, desarrollaron una plataforma de aprendizaje en e-learning que ha impulsado con creces la formación en Finlandia. Como empresa, son relativamente pequeños, con unas 50 personas que trabajan para ellos y los fondos vienen, en su mayoría de ayudas.
Entregamos unos doscientos mil certificados al año, aseguró Väkeväinen, quien señaló la apertura de centros en África o Asia, por lo que parte de su actividad se desarrolla en el extranjero.
Los actores más importantes en este país son el Ministerio de Educación y Cultura, que adjudica los fondos y establece los marcos legales y, por consecuencia, el Ministerio de Economía, quien tiene cada vez más peso en el marco de la formación continua finlandesa. Otros actores importantes son los proveedores privados, las Universidades u organizaciones del mercado laboral.
En resumen, el sistema finlandés combina una legislación sólida, prestación descentralizada y una importante asociación social, donde las áreas se enfocan en la capacidad de respuesta a las necesidades del mercado laboral. Es un sistema muy fragmentado con un acceso desigual, que transmite cierta inquietud o incertidumbre en la financiación.
Por último, llegó el turno de Jakob Overgaard Jørgensen, de PensionDanmark, quien expuso el modelo danés. Es en algunos puntos parecido al sueco. La población de Dinamarca es de 6M de personas, en donde hay tasas récord de empleabilidad. Actualmente, tan sólo hay un 2,9% de desempleados, y la mayoría se encuentran transicionando entre dos empleos. Pese a que sean buenas noticias, apenas hay personas para contratar, por lo que las empresas apenas tienen personal cualificado del que puedan disponer en contratación. Aquí reside el reto de este país nórdico.
Para 2040, donde la edad de jubilación se establecerá en 70 años (actualmente está en 67), se calcula que en Dinamarca faltarán unos 100.000 trabajadores cualificados. El problema se encuentra en que aquellos trabajadores con menos nivel educativo, que son los que el país necesita que se formen, no lo hacen.
Aquí, Overgaard Jørgensen explica el “modelo danés”: los agentes sociales participan en la formación continua de los alumnos, por lo que hay una estrecha relación entre ellos y el gobierno nacional, explica el experto. El acuerdo tripartito, entre patronal, sindicatos y gobierno, se renueva cada cuatro años.
Los tres administradores en el sector privado son PensionDenmark, la Confederación de Industrias Danesas y la Confederación de Empleadores Daneses. También existe un Fondo Estatal de Competencias para empleados del sector público.
Los convenios colectivos establecen la cantidad que el empleador debe pagar por cada empleado al fondo: normalmente de 105 a 200€). Estos fondos son solidarios, por lo que las empresas pueden utilizarlos cuando los necesiten.
En resumen: el modelo danés tiene una gestión colaborativa, basada en acuerdos lo que garantiza consenso y estabilidad. La educación de los adultos tiene una financiación mixta, por lo que los trabajadores mantienen su salario mientras se forman. Existe un elevado nivel de confianza entre las partes, por lo que los proveedores adaptan la formación a las necesidades de las empresas y este sistema flexible permite reaccionar rápidamente a las nuevas demandas del mercado laboral.
Estas jornadas nos sirven, a todos, para conocer lo que pasa en el resto de países de la Unión Europea, cómo operan y cómo podemos aprender entre unos países y otros para mejorar cada día más el mercado de la formación en nuestros territorios.
