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Cinco tropiezos que deben evitarse al empezar a transitar por el aprendizaje virtual

Resumen

Si bien existen distintas formas de crear una formación de aprendizaje virtual, los errores que se cometen suelen ser siempre los mismos. En este artículo, se incluye una lista con los cinco tropiezos más habituales entre los formadores noveles en entornos de aprendizaje virtual, así como algunos consejos prácticos para evitarlos.

Error n.° 1: transformar una formación presencial en una formación de e-learning

Ya dispone de una formación que funciona bien, que domina a la perfección y de la que sus alumnos salen siempre encantados. ¿Por qué no grabarla y publicarla en línea para cosechar el mismo éxito? ¡Error!

¿Qué tiene de malo?

Son numerosas las razones por las que no se puede transformar directamente una formación presencial en una formación de aprendizaje virtual. En el caso de los vídeos, por ejemplo, es posible que el tono o el ritmo no sean los más apropiados para la pantalla. De hecho, un ritmo demasiado lento o un humor disparatado pueden hacer perder el hilo a los alumnos. En cuanto a los materiales de formación, las presentaciones en PowerPoint suelen diseñarse para que el/la formador/a las comente y las dinamice. Por tanto, proporcionar a los alumnos un mero PPT puede resultar realmente desmotivador e, incluso, confuso. Por último, las formaciones presenciales ofrecen una gran ventaja: la interactividad. Durante sus sesiones, lo más probable es que planifique ejercicios prácticos o secuencias de preguntas y respuestas, es decir, multitud de elementos que no pueden trasladarse tal cual a una sesión de e-learning.

¿Cómo evitar este error?

¡Tendrá que adaptar su formación! Para ello, regrese a la casilla de salida y formúlese las preguntas siguientes:

  • ¿A quién se dirige la formación? ¿Cuáles son las necesidades de los alumnos?
  • ¿Qué materiales de formación facilitará a los alumnos?
  • ¿Qué duración tendrá la formación a distancia?
  • ¿Cómo pretende medir los objetivos de aprendizaje?

A partir de sus respuestas a estas preguntas, podrá adaptar su clase al formato de aprendizaje virtual. ¡Olvídese de los vídeos interminables de una hora de duración! En vez de esto, acorte las secuencias para alternar los contenidos y añada cuestionarios, textos o incluso fichas prácticas.

Error n.° 2: descuidar los aspectos técnicos

En la actualidad, resulta muy sencillo realizar formaciones de aprendizaje virtual con un teléfono inteligente y un ordenador. Sin embargo, ¡sea prudente! El hecho de poder hacer las cosas con rapidez y pocos medios no significa crear una chapuza desde el punto de vista técnico.

¿Qué tiene de malo?

En un ordenador, es mucho más difícil mantener la atención de los alumnos: el más mínimo detalle puede desmotivarlos. Los alumnos esperan una formación con la misma fluidez que si fuese presencial, de modo que debe prestar atención a dos elementos: la calidad de los materiales y la calidad de la plataforma. En cuanto a la calidad de los materiales, si la imagen tiembla al grabar el vídeo o si el sonido es de mala calidad, los alumnos podrían dejar la formación a la mitad. En cuanto a la calidad de la plataforma en la que se difundirá la formación, la rápida familiarización con un sistema de gestión del aprendizaje (Learning Management System o LMS) facilitará la inmersión de los alumnos en la formación.

¿Cómo evitar este error?

En todo lo relativo a los contenidos, ¡no dude en pedir ayuda! Hay infinidad de tutoriales en línea sobre cómo mejorar la calidad de los vídeos y las presentaciones con el menor coste posible. No olvide nunca ponerse en el lugar de sus alumnos: ¿cuáles son sus hábitos? o ¿qué contenidos pueden interesarles? Y recuerde probar sus formaciones de antemano para confirmar la calidad de los materiales.

En cuanto a la selección del LMS, se trata de una cuestión primordial que debe tenerse en cuenta rápidamente en el proceso de creación de una formación de aprendizaje virtual. No dude en probar varios programas diferentes y ponerse en contacto con su atención al cliente para informar en detalle de sus necesidades. Estos son algunos aspectos importantes que deben validarse de antemano:

  • La ergonomía del sitio para los alumnos: estos deben poder navegar con facilidad entre los distintos módulos.
  • La calidad de la asistencia al cliente: ¿debe gestionar treinta alumnos y no le gustan demasiado las tecnologías? ¡Entonces necesitará la ayuda de la asistencia al cliente!
  • Compruebe cuáles son las funcionalidades de evaluación de la formación propuestas: medir los objetivos de aprendizaje de sus alumnos es imprescindible en cualquier formación a distancia.

Error n.° 3: descuidar el contenido

La tecnología tampoco sustituye a la pedagogía. Con independencia de la calidad de un vídeo o un material compartido, si su contenido no se trabaja para adaptarlo a las necesidades de los alumnos, estos se cansarán rápidamente.

¿Qué tiene de malo?

Los programas de edición de vídeo, los LMS o incluso los cuestionarios interactivos no dejan de ser meros instrumentos al servicio del contenido didáctico. Una presentación atractiva no sirve sin el contenido de fondo. Y este es el motivo por el que resulta difícil subcontratar la creación de una formación de aprendizaje virtual. Si no cuida el contenido didáctico de sus formaciones, corre el riesgo de que sus alumnos no sientan que avanzan y abandonen la formación sin completarla.

¿Cómo evitar este error?

Hay dos elementos que deben tenerse en cuenta para crear una formación satisfactoria para los alumnos. En primer lugar, como ya se ha dicho, es necesario partir siempre de las necesidades de los alumnos. ¿Cuáles son sus expectativas en torno a la formación? Esta es la piedra angular sobre la que se construyen los distintos módulos y se eligen los materiales de la formación. En segundo lugar, es preciso evaluar el progreso de su aprendizaje. Las formaciones virtuales permiten recopilar multitud de datos sobre los alumnos: el tiempo que han dedicado a visionar los cursos, el número de evaluaciones realizadas, la cantidad de veces que las han repetido, etc. Un montón de información que puede servir para crear y personalizar el programa de los alumnos y garantizar que la formación se adapte a su ritmo para permitirles aprender y avanzar.

Error n.° 4: no probar la formación antes de publicarla

Publicar una formación en línea es como lanzar un nuevo producto al mercado, aunque la primera sea inmaterial y el segundo material. ¿A que no se le ocurriría comercializar un coche sin haberlo probado antes? Esta misma lógica rige las formaciones a distancia: ¡más vale haber probado todo bien antes de hacer clic en «Publicar»!

¿Qué tiene de malo?

En las formaciones presenciales, es posible corregir cualquier problemilla que surja porque el/la formador/a es capaz de gestionar los imprevistos y adaptar la clase a las distintas situaciones que se le presenten. Pero las cosas cambian mucho en las formaciones en línea: los alumnos avanzan a su ritmo y es muy fácil que dejen a medias la formación. Por tanto, cualquier obstáculo en su programa de formación constituye un riesgo de abandono. Conviene, por tanto, prestar atención a los errores informáticos, la calidad del encadenamiento o incluso la visualización de la formación en función del navegador.

¿Cómo evitar este error?

Para verificar su formación, empiece por situarse en el lugar de los alumnos y completarla de principio a fin. De este modo, podrá revisar los hipervínculos, las faltas de ortografía o incluso los distintos formatos de archivo. Para ciertas visualizaciones como, por ejemplo, la reproducción de vídeos, recuerde probar la formación en los navegadores más importantes (Chrome, Safari, Mozilla) o incluso en teléfonos inteligentes.

Además de las cuestiones técnicas, ayúdese de unos cuantos alumnos de prueba para verificar la coherencia del conjunto. De este modo, tendrá la oportunidad de ver si sus cuestionarios se adaptan al público objetivo o si sus objetivos didácticos resultan pertinentes.

Error n.° 5: crear la formación en línea y olvidarse

Tanto en las formaciones presenciales como en línea, el contenido didáctico no basta para crear una oferta de formación: tanto antes como después, es preciso asegurar su comercialización y realizar su seguimiento.

¿Qué tiene de malo?

El aprendizaje virtual permite a las organizaciones de formación eliminar los límites de la localización geográfica y llegar a un número todavía mayor de alumnos. Además de crear una formación de calidad, es necesario darse a conocer entre alumnos potenciales, asegurar el seguimiento de los clientes y el control de la calidad, actualizar los cursos, etc. Hoy en día, cualquier formador/a que desee diversificar su actividad a través de la formación a distancia no puede limitarse a impartir clase, sino que debe actuar también como comercial, responsable técnico y director/a de marketing.

¿Cómo evitar este error?

¡No tenga miedo a delegar! Si no dispone de todas estas competencias internamente, es posible aprenderlas, obtenerlas a través de proveedores de servicios o, incluso, dentro de soluciones de aprendizaje virtual. Además, algunos programas informáticos ofrecen la posibilidad de gestionar las acciones de formación desde una perspectiva administrativa, docente o incluso financiera. En definitiva, no se aísle y no dude en hablar de esto con las personas de su alrededor.

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