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¿Cómo innovar en la formación a distancia?

Resumen

¿La innovación en el ámbito del aprendizaje virtual está entre sus planes para mantener la competitividad, pero no sabe por dónde empezar? Se trata, ante todo, de sortear las dificultades y recuperar lo esencial. En este artículo, encontrará todas las claves.

Los motivos para innovar en el campo de la formación a distancia son muy numerosos, más aún si cabe con la situación de crisis que vivimos actualmente. La oferta de formación es hoy en día muy amplia y no siempre resulta fácil destacar en un mercado tan competitivo. Por eso, algunas organizaciones de formación no dudan en emplear «grandes medios» para el desarrollo de nuevas funcionalidades y el uso de tecnologías avanzadas: realidad virtual, aprendizaje móvil, juegos serios, etc. Pero… ¿y si la innovación no está ahí donde se espera? ¿Y si lo más apropiado es regresar a los fundamentos y las necesidades de los alumnos? Innovar por innovar nunca ha sido una solución. De hecho, el desafío futuro del e-learning será volver a centrarse en el ser humano y el contenido de las formaciones.

Aprendizaje virtual e innovación, pero no a lo loco

¿Por qué innovar en la formación a distancia?

La crisis actual ha obligado a las organizaciones de formación a cancelar sus sesiones de formación presencial, sobre todo durante los periodos de confinamiento. Desde entonces, han optado por priorizar la formación a distancia para no interrumpir su actividad. El mercado del aprendizaje virtual ha experimentado un gran avance en estos años, así que ha llegado el momento de hacer balance.

Cada vez son más las organizaciones de formación que ofrecen catálogos de aprendizaje virtual, un formato flexible que se adapta al horario de los alumnos y les permite continuar con su actividad laboral en paralelo. Por tanto, el mercado de la formación está inmerso en un gran cambio y el aprendizaje virtual debería transformarse más todavía. Por otra parte, el aumento exponencial del número de actores hace que cada vez resulte más difícil diferenciarse del resto. Esto provoca que las organizaciones de formación compitan entre sí para aportar buenas ideas, con el consiguiente riesgo de anteponer la innovación digital a todo lo demás.

Cuando innovar significa digital y no humano

Mooc, realidad virtual, aprendizaje adaptativo… ¿Le gustaría invertir en estas tecnologías de futuro que suenan tan bien? A pesar de ser recursos interesantes, giran demasiado en torno a la propia herramienta. ¿Pero qué sucede con la demanda? ¿Su formación se adecúa realmente a estos formatos y a sus alumnos? Recuerde que, a menudo, los usuarios pasan muchas horas detrás de una pantalla, de modo que puede resultarles difícil mantener la atención y percibir el valor de otro vídeo u otra tecnología más que sustituye la interacción con el/la formador/a.

Además, si la adquisición de competencias resulta insuficiente al término de la formación, toda la inversión habrá sido en vano, de modo que la innovación digital también tiene sus límites dentro de la formación a distancia. Por eso, es importante retornar a las necesidades del propio usuario y a lo más esencial: el contenido. ¡Porque la innovación no tiene que ser únicamente digital!

Aprendizaje virtual: cinco ideas de innovación para marcar la diferencia

Aquí, nos centraremos sobre todo en las innovaciones útiles para la competitividad siguiendo una sola premisa: ¡sencillez ante todo!

1. Ayudarse de casos prácticos

El riesgo de que los alumnos que muestran una actitud pasiva frente a un curso se aburran o lo abandonen es muy alto. Y mucho más cuando la formación es a distancia. La teoría debe acompañarse necesariamente de práctica. La idea es proponer a los alumnos un desafío corporativo que puedan resolver solos o en grupo para trabajar la gestión de proyectos. Esta última opción, más lúdica, favorecerá las interacciones, incluso detrás de la pantalla. O, todavía mejor, casos reales para una auténtica aplicación práctica de los conocimientos.

2. Imaginar un escenario para el programa de formación

Algunas formaciones se prestan muy bien a un formato inmersivo en que los alumnos son los protagonistas. Tomando como referencia los videojuegos, convierta su formación en una experiencia única en que los alumnos deberán superar retos para subir de nivel. De este modo, podrá proponerles guiones desarrollados por usted en que la diversión también será el objetivo. El carácter adictivo de este tipo de formatos será del agrado de determinado público, pero recuerde que otros alumnos podrían mostrarse menos receptivos.

3. Favorecer los intercambios espontáneos en tiempo real

No cabe duda de que los vídeos grabados de antemano permiten ahorrar tiempo, pero pararse a verlos en ocasiones cuesta bastante. Además, los alumnos deben enfrentarse solos a sus dudas, que no podrán resolver de forma inmediata. Por eso, valore la posibilidad de programar una reunión periódica —por ejemplo, con carácter semanal— para interactuar por videoconferencia e impartir una clase en tiempo real según las necesidades. El directo, a pesar de que puedan producirse ciertas incidencias técnicas, permite recrear fielmente un aula de formación.

4. Ofrecer un contenido animado impartido por formadores que sirvan de inspiración

El sentido del humor, la empatía y la cercanía son cualidades que deben cuidarse para ganarse a los alumnos. De hecho, será mucho más fácil captar su interés con un contenido que también resulte atractivo en la forma. Los formadores deben motivar a los alumnos para que completen sus cursos y aprendan. Por eso, ¡se deberá elegir siempre a las personas adecuadas!

5. Personalizar la enseñanza por medio del coaching

Todos sabemos que sentarse solo/a delante de una pantalla para cursar una formación puede resultar difícil, sobre todo después de una larga jornada laboral. ¿Y si los alumnos pudiesen contar con la ayuda de un/a coach personal? Este/a coach les propondría objetivos y fijaría reuniones periódicas para ayudarlos e instruirlos en el día a día. Podría tratarse de un/a profesor/a o un/a profesional del sector que, además, aportaría su experiencia sobre el terreno. De este manera, la motivación no se perdería nunca y el contenido resultaría más dinámico.

Como se habrá percatado, la innovación no es solo una cuestión digital y puede conseguirse con pocos recursos si el foco se pone de nuevo en las necesidades de los alumnos. Por eso, no pierda nunca la curiosidad y plantee preguntas para que los alumnos le hagan partícipe de sus opiniones e impresiones. De este modo, identificará nuevas líneas de trabajo para mejorar su oferta y su visibilidad.

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