Tras la pandemia, el e-learning llegó a nuestras vidas para quedarse. Cada vez son más los centros que adaptan su contenido a plataformas de este tipo para ofrecer a los alumnos una experiencia formativa más completa, puesto que, aunque las formaciones sean presenciales, nos sirven de soporte para fortalecer la relación con nuestros alumnos, que se sientan más integrados y que participen más activamente.
Pero para realizar este tipo de formaciones necesitamos tener herramientas que se adapten. ¿Cómo la elijo? ¿Qué criterios tengo que tener en cuenta? Te lo contamos.
Necesidades y retos en el e-learning
El e-learning se presenta como una gran oportunidad para optimizar procesos, ofrecer formaciones más diversas y servir de apoyo en la asimilación de conceptos por partes de nuestros alumnos.
No obstante, hemos identificado diferentes retos a los que nos enfrentamos en este tipo de formaciones:
- Automatización de procesos. Necesitamos que la herramienta que seleccionemos nos ahorre tiempo y automatice tareas carentes de valor para nosotros (creación de un documento, envío de códigos o actividades a los alumnos…)
- Ahorrar tiempo en la creación de cursos. La herramienta ha de ser intuitiva, fácil de utilizar, pero que también permita el almacenamiento de todos los cursos o actividades que creemos. Esto nos permitirá reutilizar material para otros cursos similares en fechas distintas, por ejemplo. Es importante que podamos centralizarlo todo en el mismo lugar, y más cuando somos varios en el equipo para trabajar colaborativamente.
- Seguimiento de alumnos. Es importante que el software que seleccionemos nos permita realizar un seguimiento rápido y prácticamente automatizado de todo lo que nuestros alumnos hagan en las actividades. Que podamos verlo de un vistazo, básicamente.
- Trabajo colaborativo. Que la herramienta nos permita que varios perfiles administrativos, profesores, etc. puedan trabajar a la vez y el trabajo o los cambios que se realicen se actualicen de una cuenta a otra de forma automática.
Cómo elegir nuestro LMS
Evidentemente, las necesidades de cada centro son diferentes, pero hay aspectos significativos que hemos identificado en muchos clientes o centros que buscan equiparse con una herramienta para agilizar su trabajo diario. Veamos cuáles son estos criterios comunes:
- Que la herramienta sea “responsive”: que funcione igual en un ordenador que en una tablet o smartphone.
- Que tengamos capacidad de almacenamiento, la suficiente para albergar todo lo que queramos.
- Que gestione los documentos, a través de plantillas, y los descargue automáticamente.
- Que podamos crear actividades y se integren en diferentes formatos: iFrame, SCORM, etc.
- Que genere informes automatizados en base a nuestra actividad.
- Que cuente con herramientas colaborativas, como un foro de debate o una sala de reuniones virtual.
- Que la plataforma sea personalizable y podamos añadir nuestros colores, logos, etc.
- Que contemos con un soporte técnico eficaz, para la resolución de problemas o dudas, a ser posible en nuestra lengua materna.
Estas pautas nos ayudarán durante las diferentes etapas de la formación, que veremos a continuación.
Preparar nuestra formación
Evidentemente, tenemos que preparar nuestro curso. La herramienta que escojamos nos tiene que permitir personalizar el contenido, añadir un programa con objetivos pedagógicos, el tipo de formación que vamos a impartir (presencial, teleformación, e-learning…). Es interesante que la plataforma también nos permita enviar documentación a los alumnos, ya bien sea por email o por otros medios (mediante un campus virtual, por ejemplo), para que tengan la información necesaria antes de iniciar la formación.
Hemos también de preparar ese campus virtual para la llegada de los alumnos. Configuraremos el espacio, añadiremos el calendario de formación, las actividades e-learning o los documentos que queramos compartir con ellos.
Respecto a las actividades e-learning, hay algunos errores que tenemos que evitar.
No olvidemos a los profesores; darles acceso con un perfil de profesor es un aspecto importante para que puedan realizar el seguimiento de sus cursos y realizar las acciones docentes necesarias.
Errores en e-learning
A la hora de adaptar contenidos, identificamos algunos errores en los cursos e-learning. Lo vivimos durante la pandemia: la necesidad de adaptar cursos en presencial en actividades a distancia era urgente.
El primer error es precisamente este: coger un curso en presencial y convertirlo en e-learning sin realizar ningún tipo de modificación. Esto sería, por ejemplo, realizar una clase online de 2 horas; ninguno de los alumnos será capaz de estar tanto tiempo concentrado delante de un ordenador por lo que tendremos un problema de cansancio y falta de motivación.
El segundo error sería justamente lo contrario: que todos los contenidos sean e-learning. Si hacemos una formación exclusivamente online, los alumnos no estarán acompañados, no sentirán que forman parte del grupo y se sentirán abandonados.
Entonces, ¿Qué podemos hacer? Encontrar el equilibrio: un método (casi) perfecto que nos permita combinar el e-learning con el aspecto humano. Combinaremos entonces secuencias de actividades que los alumnos realizarán de forma autónoma con clases virtuales, a lo que añadiremos un acompañamiento por parte del equipo docente. De esta forma, los alumnos podrán asistir a tutorías, realizar preguntas o consultar cualquier tipo de duda con una persona de nuestro equipo.
Siguiendo esta tónica, la herramienta que seleccionemos deberá permitirnos:
- Crear un aula virtual
- Crear actividades e-learning
- Hablar con nuestros alumnos (foro de debate, correo electrónico…)
En definitiva, el e-learning llegó a nuestras vidas para quedarse. Encontrar una herramienta que permita realizar contenido de calidad es muy importante para facilitar nuestro trabajo diario y ofrecer a nuestros alumnos cursos con mucho valor añadido.